La pandemia del coronavirus ha logrado unir a todas las centrales sindicales para pedir el cese de la actividad industrial mientras no se puedan cumplir los protocolos impuestos por la autoridad sanitaria: Distancias mínimas en los vestuarios y comedores, desinfección de los puestos de trabajo y baños, mascarillas y guantes de protección, medición y registro de la temperatura corporal al entrar al puesto de trabajo. De esta manera en empresas como Mercedes y Michelin en Vitoria, Aernnova en Berantevilla, Sidenor en sus plantas de Basuri y Vitoria,Tubacex en Llodio y Amurrio, CAF e Indar en Beasaín, Irizar en Ormaiztegi, Volkswagen Navarra en Pamplona, la presión ejercida por los Comités de Empresa ha paralizado la actividad productiva hasta nuevo aviso, sin determinar prácticamente cómo afrontarán el parón de producción.
Otras empresas están negociando ERTEs como Tubos Reunidos ( con un millar de puestos entre sus plantas de Amurrio y Trapagaran) y también hay otras empresas que están adaptando su situación a los clientes y valorando todas las opciones de flexibilidad a su alcance como Gestamp, En Vidrala, por su parte, los sindicatos han alcanzado un acuerdo con la dirección para reducir la actividad de la planta de fabricación de envases de vidrio en Llodio «a niveles similares a los de los fines de semana o los turnos de noche». Porque en esas circunstancias «no hay problema de espacio para que podamos mantener las distancias de seguridad». Además, se producirán modelos de botellas que no presenten problemas de estocaje y que puedan salir al mercado una vez superada la alarma sanitaria.
Guardian Llodio impondrá distancias de seguridad de dos metros a sus trabajadores para que la empresa pueda mantener su producción y les propone cambiarse de ropa y ducharse en casa. Entre otras medidas, los operarios no deben compartir coche para ir a la planta, ficharán a través de la aplicación móvil y el comedor general se cierra.
Los sindicatos de ITP en las plantas de Barakaldo y Sestao también protagonizaron ayer movilizaciones para detener la producción. Y en las cooperativas del grupo Mondragón se mantiene la actividad pero con diferentes grados de intensidad y algunas incidencias. Su presidente, Íñigo Ucín, animó a los cooperativistas a que siempre que se «extremen las medidas de seguridad» se siga con la producción «para intentar dar respuesta a nuestros clientes.
Por otro lado las Pymes de Euskadi siguen con la producción normal aplicando el teletrabajo para el personal de oficinas y respetando las distancias de seguridad al no presentar los problemas de hacinamiento que se producen en las grandes empresas.
La patronal Confesbask critica a los sindicatos por «forzar» cierres que considera evitables.
Federación de industria de LSB-USO Euskadi