El grupo industrial Gallardo Balboa, con sede en Jerez de los Caballeros, está barajando la reapertura de su planta de Corrugados Azpeitia (Guipúzcoa), que permanece cerrada desde hace cuatro años y que contaba con 300 empleados.
Para ello ha entrado en contacto con consultoras especializadas en el sector siderúrgico, como Bascotecnia Group, que se encargan de analizar la situación de instalaciones y maquinarias que trabajan en este sector.
Aunque desde el Grupo Gallardo no hacen declaraciones al respecto, fuentes de la empresa de ingeniería eléctrica y sistemas de automatización AIEK Sistemak, perteneciente al grupo donostiarra, han confirmado que han recibido el encargo de analizar como se encuentra la planta de Azpeitia de cara a un posible arranque, ya que se cerró hace cuatro años.
No obstante, precisan que en este caso el estudio está en una fase inicial, ya que, por el momento, no han visitado las instalaciones y se está en fase de preparativos.
AIEK Sistemak precisa que la viabilidad o no de la reapertura de la planta es una cuestión que compete al cliente, que es el que conoce el mercado y sus condiciones y si le interesa o no.
«Nosotros somos una empresa que se dedica a la ingeniería ligada al mundo siderúrgico y nos limitamos a hacer un estudio sobre el estado de la planta», insisten, para añadir que el objetivo final es «decirle, más o menos, cual sería el coste de un posible arranque».
En abril de 2013, el Grupo Gallardo anunció la presentación de un despido colectivo, que afectaba a 72 trabajadores y al cierre de la factoría Corrugados Azpeitia SL, debido a la bajada del consumo de productos siderúrgicos y las ventas al mercado nacional.
Ante esta situación y las previsiones «nada halagüeñas del mercado», aseguró entonces que se ha vio forzado a presentar este despido colectivo que afectó además a Ferromallas SAU y Grupo Alfonso Gallardo SL, con sede en Jerez de los Caballeros, y Corrugados Lasao SLU, en el País Vasco.
Corrugados Azpeitia, centrada en la producción de barras de acero corrugado (básicamente destinados a la construcción) acumulaba entonces unas pérdidas de más de 100 millones de euros, lo que hace inviable su continuidad, según aseguró el Grupo Gallardo.