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FI USO visita un nuevo proyecto de minería metálica en Salave (Asturias)

Una delegación de la Federación de Industria de USO, compuesta por Raúl Montoya, Secretario de Acción Sindical, Felipe Carlón, Iván García y Jesús Fernández, miembros de la Comisión Ejecutiva de FI-USO Asturias, han visitado el nuevo proyecto de explotación de minería metálica en Asturias, en Tapia de Casariego. En dicha visita les ha acompañado José Manuel Domínguez, director general de Exploraciones Mineras del Cantábrico (EMC).

La futura mina de Salave generará alrededor de 150-200 empleos directos y más de 1.000 indirectos. Este proyecto de minería metálica se llevará a cabo por la compañía Exploraciones Mineras del Cantábrico (EMC) y contará con una inversión inicial de más de 100 millones de euros en la comarca de Tapia y en el occidente asturiano.

Además, el nuevo proyecto contempla la utilización de las tecnologías más modernas y contrastadas para garantizar la sostenibilidad y el cuidado del entorno, respetando la morfología de la zona que será completamente recuperada al término de la explotación.

La Federación de Industria de USO valora este proyecto industrial de minería metálica en Asturias por sus objetivos de conservación medioambiental y de generación de empleo, apoyando su impulso y consolidación. Tras la visita realizada hoy a las instalaciones y la posterior reunión se ha acordado mantener un contacto directo entre EMC y las Federaciones de Industria Estatal y en Asturias.

Un proyecto nuevo y singular

EMC contempla un proyecto nuevo y singular de minería metálica con el prisma del respeto medioambiental y la eliminación de los impactos, especialmente el visual.

La singularidad y diferencia de la propuesta se desarrolla bajo el compromiso de alcanzar el nivel de riesgo cero para el medioambiente a largo plazo. El proyecto, que incorpora tecnologías modernas y contrastadas internacionalmente, propone la separación de un concentrado de sulfuros de la mina de Salave como producto final. De este modo se excluye y elimina la necesidad de utilizar productos cianurados en el proceso, como ocurre habitualmente en las minas de oro del mundo.

La extracción subterránea y su relleno total minimiza los residuos mineros y la superficie necesaria para gestionarlos. La actividad regular se desarrollará ajena al entorno al estar las infraestructuras exteriores completamente cerradas dentro de edificios industriales.

El proyecto no generará ningún vertido a cauce terrestre y propone medidas para una protección máxima de las aguas subterráneas, que incluyen la deposición en el mar exclusivamente de agua limpia a través de un emisario submarino a 800 m de la costa y 17 m de profundidad.

Por otro lado, el método constructivo de las balsas y escombreras permite maximizar su estabilidad y proponer un plan de restauración que contempla una recuperación de los usos actuales del suelo al final de la vida útil de la mina. Al término del proyecto, se eliminan todas las edificaciones y construcciones en superficie, reintegrando la morfología de la zona a su apariencia actual.

 

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