Estos últimos días estamos asistiendo a una situación surrealista, habiendo miles de empresas que aún no han subido el salario estipulado, porque permanecen a la espera de la publicación en el BOE del Convenio de la Industria Química, motivado por las disputas y polémicas entre los llamados “sindicatos mayoritarios”.
Mientras que el sindicato firmante del convenio, manifiesta:
- Defender la eficacia general del convenio y asegura que posee mayoría absoluta en la mesa negociadora, por lo que considera válido el acuerdo firmado.
- Sostener que el convenio contiene mejoras significativas en aspectos como teletrabajo, salud laboral y derechos laborales.
- Reconocer el requerimiento de subsanación y culpa a UGT por retrasar la publicación al impugnar el convenio, lo que lo bloquea hasta que se resuelva dicha impugnación.
- Adoptar un tono defensivo, justificando la validez del convenio y acusando a otro “sindicato mayoritario no firmante” de obstruir su aplicación.
El sindicato que no lo firmó:
- Critica que el convenio tiene eficacia limitada debido a la falta de una mayoría suficiente para su aprobación, lo que podría perjudicar a miles de trabajadores al finalizar la ultraactividad. Considera que este convenio no debería haberse firmado.
- Lo considera un «mal convenio de transición» que empeora las condiciones laborales, destacando la pérdida de la cláusula de revisión salarial vinculada al IPC.
- Argumenta que no es responsable del retraso, ya que no firmó ni registró el convenio, tarea que recae en el firmante y la patronal FEIQUE y afirma que la notificación de subsanación se realizó el 19 de diciembre, no el 9 de enero como indica CCOO.
- Utiliza un tono crítico hacia CCOO y FEIQUE, señalando que las decisiones tomadas afectan negativamente a los trabajadores.
En resumen, esta escenografía estéril del mal llamado bisindicalismo está generando un escenario de incertidumbre posibles pérdidas para las personas trabajadoras, tanto en derechos ya consolidados como en la aplicación efectiva de beneficios actuales, incluida la subida salarial, paralizada por no estar publicado en el BOE.
Esto evidencia que los intereses del sector químico están siendo supeditados a la rivalidad entre los sindicatos y vuelve a poner de manifiesto las consecuencias de un bisindicalismo arcaico y más preocupado de sus “guerrillas” internas que en representar correctamente al conjunto de las personas trabajadoras.
Desde USO industria hacemos un llamamiento a la responsabilidad y a la sensatez. Las personas afectadas por el convenio están hartas de este tipo de situaciones, lamentablemente cada vez más frecuente, de ahí la importancia de que los trabajadores otorguen su confianza a un sindicato independiente, a un sindicato cuyo único objetivo es la defensa y mejora de sus derechos y su bienestar laboral.
