VICRILA, una empresa vasca dedicada a la fabricación de vidrio de mesa, con más de 100 años de historia y más de 300 trabajadores, puede verse abocada a la desaparición, víctima de la crisis, la política económica y una estrategia empresarial que cómo mínimo, se ha demostrado equivocada.
Después del anuncio por parte del grupo francés ARC, de su intención en cerrar VICRILA al acabar la vida útil de sus hornos en el 2013, el equipo directivo ya tenía preparada la adquisición de la empresa a coste cero, con el apoyo del Gobierno Vasco, que contribuyó con una aportación mínima, se hicieron con la misma por medio de una sociedad creada expresamente para ello, con un capital ridículo para una empresa de la entidad de VICRILA.
Un contrato de sourcing con ARC que obligaba a la compra de gran parte de la producción durante cuatro años, nos permitiría capear los primeros años con solvencia y lograr unos suculentos beneficios, todo ello en unos años marcados por una profunda crisis mundial. Esos beneficios, creemos no fueron empleados en la consolidación de VICRILA como tal, sino en proyectos, que debido a sus costes y no implantación final han caído en saco roto.
Cuando nos dijeron que la única posibilidad de subsistencia que teníamos era la de crecer, «internacionalizar el negocio» lo llaman ellos, dudamos y mucho. No estábamos consolidados y teníamos, y seguimos teniendo muchísimas carencias, pero era la única solución, el único camino.
Y ahí, precisamente se empezó a gestar el principio del fin, cuando se inició la aventura mexicana, un auténtico desastre de principio a fin, que sirvió para descapitalizar VICRILA y que acabó llevándola al borde del abismo, gracias a la financiación del proyecto por parte de fondos de inversión del Gobierno Vasco y créditos bancarios cuyo único aval éramos nosotros, se levantó una fábrica en México, con maquinaria puntera y con instalaciones nuevas, las nuestras máquinas languidecen y las instalaciones fallan, víctimas de los años y un mantenimiento cada vez más precario. Ha día de hoy, según información del Gobierno Vasco, ha sido vendida.
Durante todos éstos años hemos realizado esfuerzos económicos y en muchos casos personales para la supervivencia de VICRILA, mientras veíamos el futuro más negro acercarse, todas las promesas se iban difuminando hasta desaparecer y ahora sólo quedan la frustración y el cabreo producido por la sensación de sentirse continuamente engañad@s por la dirección de VICRILA y abandonad@s por el Gobierno Vasco que, ocupando como ocupa un sillón en el Consejo de administración de VICRILA únicamente se ha colocado de costado cuando peor pintan las cosas y cuando llega de nuevo ARC interesándose en la compra o mejor dicho, recompra de VICRILA se limitan a no obstaculizar la misma.
ESTO NO ES SUFICIENTE, NO PARA NOSOTR@S!!!!
El Gobierno Vasco debe implicarse, como parte del Consejo de dirección que es.
-Debe y así se lo exigimos, hacer lo que sea necesario para que VICRILA disponga los recursos suficientes para que llegue a esa compra con vida.
-Debe y así se lo exigimos, garantizar la rentabilidad social de nuestro dinero, el que tod@s pagamos vía impuestos, y que éste no termine en manos de buitres, que por medio de un nuevo pelotazo urbanístico en la vega de Lamiako, con vistas al Abra, nos robe nuestro dinero y nuestro futuro.
-Debe impedir y así se lo exigimos, que los casi 90.000 metros cuadrados que ocupa VICRILA sean recalificados si VICRILA cierra y no se reconstruye en Bizkaia al acabar la vida del actual horno. No podemos quedarnos sin trabajo y abocados al FOGASA, mientras bancos y demás buitres hacen el negocio de su vida a nuestra cuenta.
!!!POR EL FUTURO DE VICRILA, EL DE LEIOA Y DEMÁS PUESTOS INDIRECTOS AFECTADOS!!!
!!!GOBIERNO VASCO SOLUCIÓN E IMPLICACIÓN YA!!!