Los días 16 y 17 de noviembre, unos 120 delegados de toda la industria automovilística europea se reunieron en Roma en una reunión extraordinaria y ampliada del Comité de Automoción de industriAll Europe, organizada conjuntamente con las filiales italianas FIM-CISL, FIOM-CGIL y UILM, con el fin de elaborar una estrategia común para hacer frente a la revolución industrial que se está produciendo en nuestra industria.
En varias sesiones de debate con expertos externos, eurodiputados, delegados sindicales de empresas y dirigentes sindicales, debatieron el futuro de la industria europea del automóvil a la luz de la doble transición -digital y ecológica- y de las decisiones europeas de detener la producción de motores de combustión interna (ICE) a más tardar en 2035. Esta declaración resume las principales reivindicaciones de los trabajadores europeos del sector del automóvil.
La hoja de ruta se debe basar en tres aspectos fundamentales:
1. No hay futuro para la industria del automóvil sin una estrategia industrial ahora.
La estrategia industrial no debe significar la defensa del status quo, sino la creación de las condiciones para transformar las plantas existentes y atraer y desarrollar actividades de fabricación para la movilidad sostenible y asequible que debemos construir juntos.
Podemos y debemos producir en Europa baterías, vehículos eléctricos, hidrógeno limpio, electrolizadores, pilas de combustible y chips. Estos son los segmentos que necesitamos si queremos que Europa domine su transición y evite una mayor dependencia de las importaciones.
Los sindicatos deben anticipar, liderar y dirigir el cambio, en lugar de sucumbir a él. Europa debe intensificar sus acciones para mantener y desarrollar una industria automovilística fuerte en Europa.
2. Un marco de transición justa debe dirigir la transformación.
La preocupación por el empleo debe tomarse en serio. Entre 2020 y finales de 2021 se perdieron unos 200.000 puestos de trabajo en el sector de la automoción: el cambio industrial ya se está produciendo como consecuencia de la automatización, la globalización y la electrificación.
No hay excusa para la falta de planes negociados para anticipar estos cambios estructurales y apoyar a los trabajadores. La participación de los trabajadores es un requisito previo para la Transición Justa. Cada centro de trabajo debe tener un Plan de Transición Justa. Cada región de la automoción necesita una estrategia de Transición Justa.
Para lograrlo, industriAll Europe exige un marco europeo de Transición Justa para los trabajadores de la industria del automóvil.
3. La calidad del empleo, la participación de los trabajadores y el poder sindical deben estar en el centro de la transformación.
La transformación en curso no puede presentarse como algo únicamente tecnológico, ya que conlleva cambios importantes para el carácter social de nuestra industria.
Garantizar el diálogo social y la participación de los trabajadores en los segmentos existentes y nuevos de la industria es de suma importancia para afrontar los cambios que nos esperan.
Cuando las empresas anuncian en la prensa recortes de puestos de trabajo sin ninguna información previa y sin consultar a los representantes de los trabajadores, echan por tierra la confianza y vulneran los derechos.
Por supuesto, esto es, en primer lugar, responsabilidad de las empresas, pero también es responsabilidad de la UE y sus Estados miembros hacer cumplir la legislación comunitaria vigente. Las empresas que incumplen estas normas no deberían beneficiarse de los fondos públicos.
Adjuntamos informe completo de USO industria sobre los temas tratados y propuestas acordadas.
Conferencia europea del Sector de la automoción en Roma