El juez de lo mercantil Marcos Bermúdez ha autorizado la operación de compra de Vicrila por parte del consorcio de empresarios vascos Mivaricar, refrendando así la propuesta formulada por la administración concursal. En un breve auto fechado en el día de ayer al que ha tenido acceso DEIA, Bermúdez remarca que la oferta de Mivaricar es “la mejor opción social y económica” para el futuro de la histórica fábrica de Lamiako, que da así un paso decisivo hacia su salvación tras haber fracasado dos intentos de adjudicación anteriores.
Tras el aval del juzgado de lo mercantil número 1 de Bilbao, solo queda por delante un último fleco antes de materializar la operación ante notario. Se trata de la firma de un nuevo convenio que recoja los ajustes pactados con los trabajadores, una condición puesta por Mivaricar cuando presentó su oferta al administrador que, en principio, está asumida por la plantilla y no se alargará en el tiempo. Además se pondrá en marcha un ERE de suspensión temporal que afectará a todo el personal durante dos años hasta que la situación de la fábrica, que lleva en concurso de acreedores desde finales de 2016, regrese a la normalidad ya bajo los nuevos sistemas productivos de Mivaricar.
No es la primera vez en los últimos meses que Vicrila llega a esta fase, por lo que en la empresa de Lamiako optan por mantener un punto de cautela, si bien en esta ocasión se detecta un grado de compromiso mayor por parte de los socios de Mivaricar que hace pensar que el proyecto puede llegar a puerto.
En su auto el juez valora que la oferta de compra de la sociedad formada por empresarios vizcainos había sido elegida por el administrador concursal frente a las de Sherpa Capital e Idurgo y, además, cuenta con el visto bueno de la plantilla. En cuanto a la parte acreedora, Bermúdez destaca que no todos los bancos implicados han formulado alegaciones a la oferta de Mivaricar, lo que también es un elemento a valorar.
El plan del grupo vasco pasa por mantener 240 empleos y realizar inversiones de 15 millones de euros en varios años, incluyendo una nueva microfundición de aluminio. La federación de Industria de LSB-USO, con presencia en el comité, valoró positivamente la adjudicación y confía en que el proyecto de Mivaricar sirva para sacar adelante Vicrila y para mantener la actividad y el empleo.