Tras más de dos años de intensa lucha sindical, la Federación de Industria de USO ha visto cumplidas sus reivindicaciones. El pasado 11 de octubre el Consejo de la UE, la Comisión y el Parlamento Europeo han llegado a un acuerdo para obligar a las empresas a proteger a sus empleados de productos nocivos como aceites de motor, etilenos, así como los humos de los motores diésel.
En palabras de Raúl Montoya, Secretario de Acción Sindical de la FI-USO “De este modo, se pone fin al conflicto que la Federación inició tras la aprobación de una Resolución que emanaba del II Congreso Federal”.
Tras el reciente acuerdo alcanzado, los países de la UE deberán adoptar la directiva en un plazo de dos años una vez que finalice el periodo de trasposición de la directiva (2023), y con la salvedad de minería y túneles donde será de cinco años (2026). De esta forma se verán beneficiados 20 millones de trabajadores del ámbito comunitario y 1,5 en España, pertenecientes a sectores de la industria metalúrgica, química, minera y automovilística”.
Desde que se reviso la directiva sobre sustancias cancerígenas y mutágenos en 2016, FI-USO ha venido reclamando la inclusión de los humos de los motores diesel. Para ello, realizamos un informe técnico que recoge un análisis pormenorizado, junto con un diagnóstico completo del impacto que ocasiona en la salud de los trabajadores, y que presentamos en las diferentes reuniones mantenidas con el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), con la Dirección General de la Seguridad Social (DGSS), Secretarios de Estado, así como con diferentes administraciones para exigir, por un lado la relación positiva entre respirar humos diésel y el cáncer de pulmón, así como un evidente incremento en la neoplasia de vejiga; y por otro, su reconocimiento e inclusión en el catálogo de enfermedades profesionales, sin actualizar desde el 2006.
Con el pacto cerrado el pasado día 11 por las tres instituciones, se incorporarán 7 sustancias nocivas además de los gases de los motores diesel a la directiva sobre cancerígenos y mutágenos. Con ello, también se modificará la legislación para introducir límites máximos de exposición y para ello el parlamento europeo obliga a los respectivos gobiernos a reconocer la naturaleza cancerígena.
Según Montoya, “durante todo este tiempo hemos luchado para erradicar el llamado cáncer profesional, que la comisaría de Empleo y Asuntos Sociales denominó “el asesino silencioso” en los puestos de trabajo. A partir de ahora se debe reconocer a la inhalación de estas sustancias, como altamente tóxicas y con serias consecuencias directas en la creación de cáncer de vejiga y de pulmón y, por tanto, se debe incluir como enfermedad profesional”. “La protección de los trabajadores de los humos de los motores diésel es una vieja reivindicación de USO, se ha conseguido fijar un valor límite de exposición profesional de 0,5 mg/m3 durante 8 horas”, y esto es un paso muy importante en la protección de los trabajadores frente al cáncer profesional, prosiguió Montoya.
También han acordado los límites de exposición a los compuestos de hidrocarburos aromáticos policíclicos, los aceites minerales utilizados en la combustión de motores, el tricloroetileno, el dibromuro de etileno, el dicloro de etileno, la 4´4-Metilenodianilina y el epiclorohidrino.
Seguramente con la reciente aprobación comunitaria, otras organizaciones sindicales querrán apuntarse “el tanto”, pero la hemeroteca no miente, y todo el mundo sabe que la Federación de Industria de USO ha actuado de punta de lanza en un tema crítico para la seguridad y la salud de los trabajadores.
Desde la Federación de Industria de USO queremos felicitar a todos los representantes sindicales y secciones sindicales que han contribuido a conseguir esta conquista sindical y permaneceremos expectantes para velar por el cumplimiento de las modificaciones legislativas aprobadas.