La central USO defendió ayer que la factoría de Alcoa en Avilés «tiene futuro», pero apostilló que el mañana está sujeto a unos costes energéticos que permitan a la compañía seguir siendo competitiva y a inversiones inminentes en las instalaciones. El secretario de acción sindical de la central, José Vía Iglesias, censuró la actitud de Alcoa por «haber ordeñado a la vaca hasta dejarla seca», refiriéndose a las ayudas públicas que ha recibido durante años. El sindicato reclama al Gobierno central una solución para el coste de la energía en España y a la multinacional inversiones en la factoría asturiana. «Si no cambia la tecnología (Söderberg), no habrá futuro», subrayó.
En cuanto al coste de la energía, Vía Iglesias subrayó que en España es un 30% más cara que en el resto de la Unión Europea. Por eso, además de pedir ayudas al Gobierno central, urgió un «mercado único a nivel europeo, para evitar los dumping y la competencia desleal que existe ahora entre los distintos países con el precio de la luz».
El secretario de acción sindical de USO pide una solución para Alcoa en la segunda subasta de interrumpibilidad, prevista para este mes. Pero no es sólo cuestión de recibir. «Exigimos que esas soluciones que se den a la compañía estén condicionadas al compromiso de inversiones por parte de Alcoa para el futuro de la planta. No es la solución seguir percibiendo dineros públicos si Alcoa no afronta lo que ya debió de asumir con anterioridad, que es el cambio de tecnología de la fábrica, que ellos mismos dicen que es absolutamente obsoleta», indicó. Y es que en USO sostienen que la nueva subasta puede suponer un respiro para 2015, pero que el futuro de la factoría seguirá peligrando. «Si no hay inversiones la subasta será como la ruleta rusa, nos salvará este año, pero a los cuatro o cinco años una de las balas nos dará de plano», indicó Vía Iglesias.
El representante de los trabajadores lo tiene claro: «El Gobierno central tiene que poner los mecanismos y Alcoa la inversión para el cambio de tecnología. Si una de estas dos patas se rompe, el futuro de Alcoa en Avilés será más negro que las hormigas. En este escenario el esfuerzo tiene que ser compartido entre el Gobierno central y la propia empresa». Vía Iglesias considera, además, que esta negociación a dos bandas tiene que estar fundada «en la colaboración, y no en el chantaje». «Alcoa ha ganado mucho dinero en este país y no puede abandonar ahora a los trabajadores, a la ciudadanía», añadió el secretario de acción sindical de USO. Iglesias lanzó una advertencia: «Puede haber enormes sorpresas en la segunda subasta».