«Una empresa que lleva más de cien años con beneficios no puede despedir trabajadores». Es la respuesta del comité de empresa de Solvay al plan propuesto por la multinacional belga para reducir los costes en 20 millones de euros y que incluye, entre otras medidas, prescindir de 92 puestos de trabajo. José Manuel García, portavoz de CC OO en el comité, tiene claro que no aceptará ningún despido traumático. El próximo 2 de octubre comenzarán las negociaciones para llevar a cabo un plan propuesto por la empresa que contempla prejubilaciones y recolocaciones, sin acudir al despido, y que va acompañado por una inversión de 10 millones de euros para mejorar la eficiencia de los procesos productivos.
Las consultoras Mackenzie y Taq han elaborado un plan para mejorar la competitividad de la planta de Torrelavega, considerada como estratégica para el grupo químico belga. Este proceso incluye reducir los costes en casi 20 millones de euros, a la vez que se invertirán 10 millones. Pero la «sorpresa» para el comité ha sido el anuncio de la reducción de 92 puestos de trabajo de una plantilla compuesta por 450 personas, entre este año y 2015. Ante este hecho, García insistió ayer en que «la empresa se encontrará con una respuesta firme, fuerte y contundente» si plantea un solo despido. Y en esta respuesta no sólo incluye los despidos entre la plantilla de Solvay, también en las contratas que trabajan para esta empresa. Y es que al comité de empresa no le salen las cuentas. La dirección dice que habrá prejubilaciones y recolocaciones, pero sólo hay 60 trabajadores con edades superiores a los 62 años. «¿De dónde salen los otros 30?», se pregunta el comité. La empresa se ha comprometido a dar toda la información al detalle de este plan en la reunión que tendrá con los trabajadores el próximo 2 de octubre. Antes, los jefes de los distintos departamentos irán informando de algunas medidas que proponen las dos consultoras para mejorar los procesos productivos. Además de ahorros en el consumo energético, también se mejorarán los procesos productivos con nueva maquinaria. La negociación se prevé larga.
Los tres sindicatos del comité de empresa de Solvay -UGT, CC OO y USO- rechazan estos nuevos planes de la dirección que califican de «medida durísima», «atrocidad» o «ataque muy duro» a la plantilla. José Vía (USO) y Pedro Luis Falagán (UGT) coinciden con José Manuel García (CC OO) en negociar medidas que eviten despidos traumáticos. El representante de USO no dudó de que el ajuste es un «duro golpe» con un número de excedentes «mayor de lo que esperábamos». A su juicio, se trata de «una revolución» porque afectará a todo el organigrama organizativo de la fábrica. Además, opinó que con el plan «no queda claro» el futuro de la planta en el horizonte de los años 2020-2025.
La multinacional química belga Solvay anunció hace meses un plan de reestructuración que afecta a 450 puestos de trabajo en toda Europa, principalmente en Portugal, con el objetivo de ahorrar 100 millones de euros anuales a partir de 2016. El cierre de la fábrica portuguesa supondrá 190 despidos, por lo que el ajuste en tres años será de 260 puestos de trabajo que se repartirá entre el resto de las fábricas del grupo (dos en Alemania, y otras cuatro más ubicadas en Francia, Bulgaria, Italia y España). Tras Portugal, la segunda más afectada es la factoría italiana de Rosignanno, que verá reducida a la mitad su capacidad de producción.