
El próximo jueves 27 de marzo, expira el plazo para alcanzar un acuerdo que lleve a buen término el ERE presentado por Cellnex para sus filiales Retevisión y Tradia.
Hasta la fecha, son muchos los flecos por cerrar pese a llevar ya tres semanas de negociaciones. Empresa y trabajadores no han sido capaces de cerrar un acuerdo. Las demandas de la parte social relativas a estabilidad laboral, prórrogas de convenios colectivos, renovación de los acuerdos de trabajo a distancia e indemnizaciones para los trabajadores que han de abandonar ambas compañías no han sido debidamente satisfechas.
Y es que Cellnex se encuentra aún con un ERE en curso presentado en 2022 para ambas filiales y con fecha de finalización el próximo 31 de marzo de 2025. Sin haber concluido el presente, la compañía presenta este nuevo expediente de regulación de empleo que afectaría a 249 personas, el equivalente a un tercio de la plantilla total en España.
La base del informe técnico justifica tal cantidad de despidos como consecuencia del cese de los contratos de mantenimiento de redes ajenas, así como por las automatizaciones implementadas en sus propias redes.
Con la salida del anterior CEO Tobías Martinez, la compañía ha modificado su estrategia de expansión, hacia un crecimiento orgánico que ha implicado la venta de activos en distintos países donde poseía infraestructuras de telecomunicaciones, en busca de un aumento de beneficios y remuneración a los accionistas. Fruto de estas políticas son las recompras de acciones llevadas a cabo a primeros de este 2025.
A falta de tres fechas para la finalización del periodo de negociaciones, y pese a haberse conseguido una reducción del número de despidos hasta 209, las posturas están aún bastante distantes. Desde el sindicato USO, mayoritario en ambas empresas, consideran que el propósito real de la compañía para ejecutar este despido masivo, no es otro que seguir aumentando aún más su beneficio.
La destrucción de empleo planteada, traerá consigo un considerable aumento de cargas de trabajo de las personas empleadas que permanezcan. La subcontratación se erige como actor principal en un entorno de destrucción de empleo de calidad, en un escenario en el que se abandonan poco a poco labores hasta hace poco esenciales, relativas al mantenimiento de Redes propias, infraestructuras y Broadcast.