Los trabajadores de los talleres Tuinsa Norte, empresa dedicada a la calderería pesada para refinería, siderúrgica y otras labores industriales metálicas, comenzaron el pasado martes un encierro por turnos en la planta, radicada en Gijón, para asegurarse que no salga el material que debería ir destinado a cubrir las deudas con la plantilla en el caso de que no se satisfagan por la vía del acuerdo.
El miércoles, los representantes de la empresa mantuvieron una reunión con el comité en el que han ofrecido que lo queda por facturar irá destinado al pago de salarios atrasados, un ERTE por tres meses mientras entra carga de trabajo y restablecer el servicio de internet. “Nos dijeron que el martes nos daban la respuesta definitiva de los nuevos dueños a esta oferta que nos han hecho. Hasta entonces, seguiremos en paro y con un retén de encerrados día y noche para que no se lleven la maquinaria. No obstante, lo que queda por facturar es de un montante bastante bajo y a parte de la plantilla le deben ya dos nóminas”, explica Valentín Villamil, delegado por USO en el comité.
La empresa, que facturó 8 millones de euros en 2017, fue vendida en diciembre a una sociedad con domicilio en Talavera de la Reina (Toledo), que cuenta con un capital social de 6.000 euros y cuyos dueños aún no conocen ni la empresa ni a los representantes de los trabajadores. “Es todo muy extraño, desconfiamos de este desinterés por la fábrica que compran. Ahora mismo, la empresa tiene cero obra encargada y hasta las oficinas están paradas. Van a restablecer internet porque a algunos compañeros, que los han mandado a ERTE de 15 días, ni siquiera los pueden dar de alta en el paro porque hay que hacerlo telemáticamente”, continúa Villamil.
La plantilla, compuesta por casi 70 trabajadores, ha acordado en asamblea esperar hasta el martes y, en función de la respuesta de los nuevos dueños, considerar endurecer las movilizaciones.