Durante los días 9 y 10 de septiembre se ha celebrado de manera telemática el Annual EWC Etuc Conference, debido a las restricciones del COVID 19.
Dicho encuentro congregó a casi trescientas personas entre componentes de EWC, ponentes, invitados, intérpretes, etc. Por parte de la Federación Industria de-USO asistió Enrique Saludas representante en los EWC y miembro del Comité Ejecutivo de ésta organización.
El lema y debate para esta Conferencia, “European Works Councils for fair restructuring” (Comités de Empresa europeos para una reestructuración justa» fue muy adecuado y oportuno teniendo en cuenta la dinámica de reestructuraciones empresariales que se está produciendo en Europa aprovechando la crisis sanitaria provocada por el COVID 19.
A través de las diferentes intervenciones se ha constatado que a los EWC les queda recorrido que hacer hasta su consolidación, ya que a pesar de que actualmente hay más de 1.000 constituidos en Europa también es cierto que hay un 50% más de empresas pendientes de hacerlo.
En esta conferencia se han visualizado las carencias legislativas que dan a las empresas más ventaja y estatus en las negociaciones que se hacen insalvables ante la pasividad de los gobiernos a establecer otras reglas del juego más equitativas y que aportaran herramientas a la parte social que le permitieran actuar de una manera más determinante ante el “rodillo” empresarial.
Entre estas situaciones cabe destacar la falta de unificación de los reglamentos de los EWC en los diferentes países europeos, la ausencia de un salario mínimo europeo, las ridículas sanciones estipuladas ante incumplimientos empresariales de la legislación vigente, y la falta de una cultura empresarial que empatice con los problemas sociales que generan sus decisiones, puramente basadas en estrategias empresariales y de beneficio monetario.
Interesantes e ilustradoras fueron las intervenciones de diferentes ponentes que han estado o están en órganos de máximo nivel como Hubertus Heil, ministro de trabajo de Alemania (único país europeo donde obligan a las empresas a establecer la codecisión entre empresa y trabajadores/as), la ministra de trabajo portuguesa Ana Mendes o Nicolas Schmit del Comisionado europeo de trabajo y derechos humanos.
Impecable fue la intervención de Luc Triangle, Secretario General de IndustriAll Europa, que declaró:
“El objetivo del plan de recuperación es evitar una perturbación fundamental de nuestras economías. Por tanto, es evidente que la mejor forma de abordar la reestructuración a gran escala es evitarla. Pero debemos estar preparados y brindar soluciones a los millones de trabajadores europeos cuyos trabajos cambiarán sustancialmente, si no desaparecerán, en los próximos meses ”.
“La recuperación solo será justa e inclusiva si se proporcionan redes de seguridad social para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores jóvenes, las mujeres, los trabajadores precarios y los trabajadores a lo largo de la cadena de suministro. No aceptaremos una recuperación que aumente las desigualdades entre los trabajadores. Nadie debe quedarse atrás. Para ello, las empresas deben comprometerse a un diálogo social genuino con los comités de empresa y representantes sindicales locales, nacionales y europeos ”.
“Es un derecho fundamental del trabajador ser informado, consultado e involucrado en las decisiones que afecten a su salud, condiciones laborales y puesto de trabajo. Una vez más, pedimos a la Comisión Europea y los Estados miembros de la UE que ayuden a garantizar que se respeten nuestros derechos ”.
Destacó que 1,5 millones de trabajadores ya han perdido sus puestos de trabajo desde que COVID-19 golpeó Europa en la primavera. Con planes para recortes masivos de empleos anunciados todos los días, las soluciones negociadas que garanticen una gestión justa y socialmente responsable de los procesos de reestructuración deben convertirse en la norma. Y el diálogo social debe impulsar la recuperación. Comenzando a nivel de empresa, donde los representantes sindicales y de los trabajadores deben tener la posibilidad de verificar que los esquemas de apoyo público se utilizan para estrategias a prueba de futuro que conduzcan a empleos de calidad y seguros.
En la segunda y última jornada se realizaron tres mesas de trabajo, con alta participación, donde se pusieron encima de la mesa los principales problemas que abordan los EWC y las estrategias y soluciones que desde la parte social podemos aportar.
Desde FI-USO seguiremos con atención las negociaciones y propuestas ante la Comisión europea por parte del CES, los posibles cambios legislativos, la evolución e impacto sobre los trabajadores y trabajadoras, y de las esperadas reestructuraciones empresariales en lo que queda de año y sobre todo en el 2021.