
Cuatro años después del primer ciclo de mesas redondas impulsado por industriAll Europe, el debate sobre la Transición Justa regresa en un escenario notablemente más complejo. Las reestructuraciones industriales constantes, las tensiones geopolíticas, la guerra arancelaria y el retorno de políticas de austeridad han configurado un marco mucho más hostil para avanzar hacia un modelo productivo sostenible y socialmente equilibrado.
Ante esta realidad, las organizaciones sindicales subrayan que la participación real de las personas trabajadoras —a través de la información, la consulta, el diálogo social y la negociación colectiva— resulta imprescindible para orientar su futuro en el marco de una doble transición verde y digital que avanza con demasiada lentitud.
Sesimbra, punto de partida de una nueva etapa.
El encuentro inaugural de esta nueva serie de mesas redondas tuvo lugar en Sesimbra los días 3 y 4 de diciembre. La reunión congregó a 25 representantes sindicales del sur de Europa junto a expertos y responsables políticos, con el objetivo de analizar los retos actuales de la transición industrial. Por parte de USO Industria participaron las compañeras Eva Babiano y Laura Fernández, reforzando la presencia sindical española en el debate europeo.
Durante las sesiones se constató un cambio brusco en el discurso dominante sobre la transición ecológica. El entusiasmo inicial por la descarbonización ha dado paso a la paralización de inversiones, a una creciente presión empresarial para rebajar la normativa ambiental y a una fragilidad industrial cada vez mayor, cuyas consecuencias recaen directamente sobre el empleo y las condiciones laborales.
Sectores estratégicos y dependencia exterior
Sectores clave como el automotriz o el de las tecnologías limpias muestran avances claramente insuficientes, mientras Europa sigue dependiendo en
gran medida de la producción exterior, especialmente de China. Este desequilibrio pone en cuestión la autonomía industrial europea y agrava la incertidumbre para miles de trabajadores.
En contraste con esta situación, España fue señalada como una referencia positiva, al haber logrado combinar inversiones verdes, políticas sociales sólidas y una mejora del poder adquisitivo, demostrando que la transición puede avanzar sin sacrificar derechos ni cohesión social.
Un marco legal europeo con elementos de esperanza.
La reciente aprobación en el Parlamento Europeo del informe que impulsa una futura Directiva de Transición Justa introduce un elemento de esperanza en este contexto. El texto se alinea con las reivindicaciones sindicales al apostar por la anticipación del cambio mediante marcos legales robustos, garantizar el derecho a la formación y reforzar la participación de los trabajadores en los procesos de transformación productiva.
Digitalización: avances limitados y riesgos emergentes
En el ámbito digital, el progreso sigue siendo moderado. A pesar del protagonismo mediático de la inteligencia artificial, su implantación real en la industria continúa siendo incipiente y los niveles de automatización apenas han variado desde 2021. Frente a ello, los sindicatos han comenzado a encauzar esta transformación mediante la negociación colectiva, alcanzando acuerdos sobre teletrabajo, evaluación de riesgos tecnológicos y formación en competencias digitales.
No obstante, la propuesta Ómnibus Digital de la Comisión Europea ha generado una fuerte preocupación sindical, al amenazar con debilitar derechos esenciales relacionados con la información, la formación y la privacidad. La respuesta ha sido clara: la transición digital requiere más garantías, no menos.
Un proyecto europeo a medio plazo
Este trabajo se enmarca en un proyecto europeo de dos años orientado a reforzar la negociación colectiva y revitalizar el diálogo social, apoyándose en las oportunidades que ofrece la Directiva sobre Salarios Mínimos Adecuados. El encuentro de Sesimbra marca el inicio de un recorrido que continuará con tres talleres regionales y culminará en una conferencia final, con el objetivo de situar a las personas trabajadoras en el centro de las transiciones que definirán el futuro de la industria europea.




