El conflicto de Mieres Tubos llegó ayer a Vitoria arropado por más de dos centenares de personas. Su petición era clara, que se reabra la fábrica y reanude la producción, paralizada hace más de dos años por falta de materia prima.
Los trabajadores de la factoría mierense, con alguna pequeña ilusión ante posibles avances, trasladaron ayer a Vitoria sus movilizaciones en las que la FI-LSB-USO tomó parte. Unas 200 personas participaron en la marcha de protesta por las calles de Vitoria, arropada por dirigentes políticos, entre ellos el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez; y el portavoz socialista de Industria en la Junta General del Principado, Jesús Gutiérrez, representantes sindicales de CCOO, UGT y USO y representantes de la FI-LSB-USO de Euskadi, recorrieron dos kilómetros, desde la plaza de la Virgen Blanca hasta el domicilio de la familia Uribarren, propietaria de la fábrica de Sueros. Allí, el presidente del comité de empresa, José Ángel Álvarez, leyó un manifiesto. Entre quejas y reproches, los trabajadores exigieron a los dueños, que no quisieron recibirlos, un plan de viabilidad industrial y que facilitasen la entrada de nuevos inversores.
Para el diputado socialista Jesús Gutiérrez, la viabilidad de la fábrica está fuera de toda duda, por lo que remarcó «su inversión porque cuenta con carga de trabajo, instalaciones modernas y empresarios interesados en invertir».
La empresa, fundada en 1942, está especializada en la producción de tubos de conducción, elementos de equipamiento y sistemas de seguridad vial, cuenta con una plantilla de unos 75 trabajadores con 5 miembros en el Comité de Empresa: CCOO 2, UGT 2 y USO 1 y lleva 2 años en ERE.