La actividad industrial vasca creció en octubre un 9,3% interanual, por encima de la media del Estado (6,9%) y casi el doble que la de Madrid (4,6%), que es una de las comunidades referencia por su gran potencial manufacturero. Bajo los nubarrones del conflicto entre el anterior Gobierno catalán y La Moncloa, la industria catalana también sacó buena nota en el examen de octubre, cuando repuntó un 7,8%.
Euskadi y Catalunya fueron de este modo las dos grandes áreas industriales con mayor actividad en ese mes. Con la excepción de Asturias, solo superaron a la CAV comunidades menores en este ámbito, Murcia o Castilla-La Mancha. Mientras que Andalucía y Cantabria se situaron justo entre la comunidad vasca y la catalana. El único territorio que registró una tasa anual negativa fue Castilla y León. Mientras que Nafarroa y Valencia, que también son pulmones industriales, apenas aportaron en esta ocasión.
Ese es el mapa regional dibujado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con la publicación de su Índice de Producción Industrial. A falta de dos meses para cerrar el ejercicio, la industria española está a punto de firmar su mejor ejercicio tras la recuperación y el protagonismo de las fábricas vascas está siendo clave en ello. Además, son los segmentos en los que hay más margen para poner en marcha dinámicas de I+D los que están tirando con más fuerza del sector manufacturero vasco.
Los bienes de equipo y los bienes intermedios están creciendo a ritmos superiores al 11%, mientras que los productos de consumo no duradero y la energía están en negativo. Bajando al suelo la estadística se puede decir que en las áreas en las que planean la innovación y las inversiones ligadas a la industria 4.0 -metalurgia, maquinaria, automoción, aeronáutica y empresas de componentes en general- la actividad se ha acelerado. En cambio, en otros campos como la alimentación o el suministro de energía, más sujetos a los ritmos del consumo estacionales que a la I+D, se produce un parón que no empaña en cualquier caso el buen tono general del sector transformador vasco.
De hecho, Euskadi consiguió en octubre, un mes que no suele ser bueno para la industria, su segundo mejor registro de actividad del año, tras el de marzo (16,7%). Una vez superado el tradicional paso atrás de abril coincidiendo con la Semana Santa, el sector manufacturero está sellando un ejercicio de notable alto y encadenará en diciembre su quinto año consecutivo de crecimiento en la actividad.
Durante ese periodo se ha alcanzado un 80% de la capacidad de producción en las fábricas de Euskadi. Es la respuesta obligada al incremento de las ventas, que se ha traducido en más puestos de trabajo tanto en la industria como en los servicios asociados. De modo que a estas alturas del año, todo apunta a que la economía vasca creará más empleos de los previstos inicialmente.
En ese sentido, el Gobierno vasco ha modificado recientemente su estimación y considera que es posible cerrar el curso con 18.800 empleos más frente a los 15.000 que preveía en enero. El objetivo es situar la tasa de paro por debajo 10% al final de la legislatura, pero al ritmo actual se llegará antes a esa situación.