El sindicato Unión Sindical Obrera (USO), uno de los firmantes del acuerdo laboral alcanzado en Sidenor, aseguró ayer que el pacto “evita la destrucción de empleo” y “garantiza las mejores condiciones económicas” para los trabajadores del grupo.
Con el rechazo de las centrales nacionalistas ELA y LAB, los sindicatos UGT, CCOO, USO y CSIF llegaron en la madrugada del jueves a un acuerdo con la dirección de Sidenor para aprobar un Plan de Adaptación Laboral (PAL) que contempla medidas de flexibilidad, así como un expediente temporal de empleo (ERTE) para todos los centros de trabajo durante el que los trabajadores percibirán el 90 % del salario.
ELA y LAB plantean batalla e incluso han amagado con recurrir a la autoridad laboral para impugnar el convenio, una posibilidad que permite el Estatuto de los Trabajadores cuando se produce un cambio sustancial de las condiciones laborales. En cambio, los sindicatos firmantes cierran filas en torno al acuerdo.
En un comunicado, la Federación de Industria de USO (FI-USO) y su sección sindical estatal destacaron que su actitud ha sido la de “no instalarse en el rechazo permanente y en la no negociación”, proponiendo soluciones para “superar la delicada situación a la que está sometido el grupo Sidenor”.
Según aseguran, con el acuerdo se ha “evitado la destrucción de empleo” y se han “garantizado las mejores condiciones económicas” para la plantilla en comparación con otros ERTE que se registran “tanto en Euskadi como en el resto del Estado”.
USO considera que la autoridad laboral “autorizará el ERTE basado en causas económicas, organizativas y productivas” al haberse “constatado una realidad de desigual carga de trabajo y pérdidas continuadas durante los tres últimos años”.
PACTO MÁS AMPLIO. Además, el sindicato añadió que seguirá apostando por la negociación junto con el resto de organizaciones firmantes del acuerdo con la intención de llegar a un pacto “global” satisfactorio que permita a los trabajadores mejorar sus condiciones laborales y asentar un proyecto industrial que ofrezca “solvencia y confianza de futuro”.
Lo cierto es que el ERE, pactado o no, se percibe como un escollo en el camino diseñado por los nuevos propietarios de la compañía, los directivos que también llevaban los mandos cuando Sidenor estaba enclavado en el grupo brasileño Gerdau. Sobre la mesa están proyectadas inversiones de más de 90 millones y la compañía se ha comprometido a mantenerlas, pero la presentación del ERE ha enfríado las expectativas de los trabajadores.