El culebrón del grupo Celsa, esta a punto de entrar en su fase decisiva. Tras el último movimiento de los fondos de inversión acreedores, la situación de los propietarios, la familia Rubiralta, es cada vez más delicada.
Decir que el grupo Celsa da trabajo a cerca de 10.000 trabajadores en todo el territorio nacional.
Tras numerosas negociaciones, parece que la situación es más favorable a los fondos de inversión que a la histórica familia industrial catalana, ahora con Francesc Rubiralta al frente.
Un juzgado mercantil ya ha dictaminado sentencia a favor de los fondos de inversión y la nueva ley concursal juega también a favor de los fondos, que aspiran a poder controlar mayoría suficiente de la propiedad del grupo.
En este escenario han querido colarse los sindicatos CCOO y UGT como partes afectadas.
Desde USO industria, con gran peso de representatividad en la empresa, y sobre todo en Barcelona, nos quedamos al margen de estos movimientos sindicales ya que no vamos a ser altavoz de nadie.
Nuestra pretensión va más allá de quién esté al mando. Nuestra demanda y exigencia es que haya estabilidad orgánica e institucional que permita la viabilidad de toda la actividad industrial y el empleo. Y para eso vamos a volcarnos por las vías que creemos más eficaces y efectivas para conseguir este objetivo.
